lunes, 20 de mayo de 2013


TRASTORNOS FONOLÓGICOS

Apreciaremos si cierto déficit es catalogable como trastorno fonético cuando las alteraciones sean de producción, básicamente de orden articulatorio, sin que haya confusiones de percepción o discriminación auditiva, que son lo que hasta el momento hemos presentado como DISLALIAS.

Cuando el déficit detectado obedece a problemas de inventario fonológico, no a simples errores de articulación, tenemos los Trastornos fonológicos; en estos casos podemos observar como el niño puede pronunciar todos los sonidos de su lengua, pero le resulta difícil organizarlos en un sistema que le sirva para manejar las diferencias de significado.
El niño presenta un TRASTORNO FONOLOGICO cuando se producen alteraciones de la expresión durante la emisión espontánea, a pesar de ser capaz de producir aisladamente los elementos fonéticos implicados.
Algunos ejemplos de esa patología serían:
- Fonemas alterados en palabras que pueden ser repetidos correctamente en sílabas aisladas. Por ejemplo, puede repetir: ca/ke/ki/co/cu, pero dice / tama/ por /cama/.
Debemos saber que;
- Las alteraciones de los fonemas no son sistemáticas.
- Las dificultades aumentan con la longitud de las palabras. 
- Una misma palabra puede ser alterada de manera diferente cada vez. Por ejemplo: toobon - toban por tobogán.
- Se observan dificultades de discriminación auditiva y de secuenciación de los fonemas en relación a las palabras.
Hemos de decir que alteraciones semejantes a estas acompañan a veces la adquisición normal del habla pero solo  si éstas persisten más allá del período de adquisición (alrededor de los 5 años) deberán ser consideradas como patológicas.
La intervención debe orientarse a actividades que favorezcan el desarrollo de la audibilización y discriminación auditiva, tales como por ejemplo:
- Diferenciar ruidos del medio ambiente (sonidos de animales, transportes, etc.).
- Sonidos graves o agudos (instrumentos musicales).
- Reconocer, representar y reproducir gráficamente: sonidos de diferente longitud en el tiempo, sonidos fuertes o suaves, diferentes ritmos, producir ruidos con el propio cuerpo (toser, bostezar),
- Buscar objetos que empiecen con el mismo sonido, rimas, palabras cortas, palabras largas.

Podréis encontrar una aplicación para trabajar estos aspectos en la etiqueta de fonología.

jueves, 9 de mayo de 2013

HABILIDADES SOCIALES

Concepto de Habilidades Sociales

Especialmente interesante me parece la definición de Rinn Markle (1.979) en cuanto recoge la idea básica de un conjunto de comportamientos aprendidos y adquiridos:

“La expresión Habilidades Sociales se refiere a un repertorio de comportamientos verbales y no verbales a través de los cuales los niños incluyen en las respuestas de otros individuos (compañeros, padres, hermanos, etc.) en el contexto interpersonal. Este repertorio actúa como un mecanismo a través del cual los niños inciden en su medio ambiente obteniendo, suprimiendo o evitando consecuencias deseadas y no deseadas en la esfera social... En la medida que tienen éxito para obtener las consecuencias deseadas y evitar o escapar de las no deseadas sin causar dolor a los demás, se considera que tienen habilidades sociales”.

En definitiva, podemos apuntar las siguientes características nucleares para la comprensión de las habilidades sociales:

Componentes esenciales de las Habilidades Sociales

1.        Las Habilidades Sociales se adquieren principalmente a través del aprendizaje (mediante observación, imitación, ensayo y también información).

2.        Incluyen comportamientos verbales y no verbales, específicos y discretos.

3.        Suponen iniciativas y respuestas efectivas y apropiadas.

4.        Aumentan el reforzamiento social (por ejemplo, las respuestas positivas del propio medio social).

5.        Son recíprocas por naturaleza y suponen una correspondencia efectiva y apropiada.

6.        Su práctica está influida por las características del medio. Es decir, factores tales como la edad, sexo y el estatus del receptor afectan la conducta social del sujeto.

7.        Los déficits y excesos de la conducta social pueden ser especificados y objetivados a fin de intervenir.

Pese a estas claves definitorias de las habilidades sociales, hay que tener en cuenta que, frecuentemente, se utilizan términos como “competencia social”, “asertividad”, “retraimiento social”, etc. para referirse al mismo fenómeno.

Es preciso también tener claro que, cuando hablamos de niños con problemas en la habilidad social, es decir, en el establecimiento de vínculos adecuados conforme a lo esperado por su edad o cultura, no nos estamos refiriendo, sólo, al niño tímido, al niño retraído. En la base de las conductas de muchos niños agresivos (que no pueden catalogarse de tímidos precisamente), existe también una incapacidad manifiesta para establecer vínculos sociales adecuados.
En muchos niños antisociales o agresivos el proceso de socialización parece estar gravemente dificultado. Su adaptación conductual es, frecuentemente, inmadura y no parece que hayan aprendido las habilidades sociales clave necesarias para iniciar o mantener relaciones sociales positivas con los demás. Con frecuencia, los compañeros rechazan, evitan y/o castigan a los niños agresivos y, de este modo, los excluyen de las experiencias de aprendizaje positivo con los demás. Todo ello se traduce en un rendimiento escolar significativamente menor en este colectivo.

Lo que se concluye de todo esto es que los niños con dificultades en el aprendizaje y manejo de las habilidades sociales constituye un colectivo heterogéneo no reducido a niños retraídos.

Otro factor que debemos tener en cuenta hoy en día es el entorno multicultural. Cada cultura tiene sus propias matizaciones acerca de como deben establecerse las relaciones entre las diferentes personas (según edad, sexo o parentesco). Es por ello, que a nivel de intervención psicológica, deberemos tener en cuenta estos aspectos. Difícilmente podremos ayudar a un niño con problemas de relación en la escuela si proviene de un entorno cuyo funcionamiento es contrario o no coherente con el que intentamos enseñar.

Evaluación de las Habilidades Sociales

La evaluación de las habilidades sociales debe fundamentarse en diferentes tipos de registros y observaciones. En un primer momento, la entrevista con los padres nos proporcionará una primera información relevante acerca de las características del niño y su historia evolutiva y circunstancias actuales.
Procedimiento:
Descripción de la técnica:
Nominación por los iguales
Se trata de preguntarle al niño acerca de sus compañeros dentro del grupo. Debe de elegir (nominación positiva) o rechazar (nominación negativa) dentro de un listado construido en base a un criterio predeterminado.
Puntuación por los iguales
La técnica consiste básicamente en que cada sujeto puntúa y valora a todos los compañeros de su grupo. Cada alumno recibe una lista de todos sus compañeros y se fijan una serie de criterios (por ejemplo, cuánto te gusta jugar/trabajar con...). Se utiliza una escala Likert con gradaciones de 3 a 7 puntos. De esta forma podemos valorar la "aceptación media" de un sujeto por parte de su grupo de iguales.
Técnica del "Adivina quien"
Se parte de una lista escrita o verbal de ítems que describen determinadas conductas (positivas y/o negativas). Cada alumno describe o dice el nombre del niño que mejor responde a cada una de las descripciones y según su opinión. Por ejemplo: ¿adivina qué niño está siempre sólo en el recreo?; ¿Adivina qué niño se pone nervioso cuando le preguntan en clase?


Con el niño podemos utilizar autoinformes. En el caso de adolescentes y adultos disponemos del EHS: Escala de Habilidades Sociales.
Puede ser también necesario evaluar cual es el nivel de autoestima del niño. Con frecuencia la falta de recursos sociales lleva anexo la desmotivación, bajo autoconcepto e incluso depresión.

Algunos de los instrumentos que podemos utilizar:
AE-P: Evaluación de la autoestima en Educación Primaria.
AF-5: Autoconcepto Forma 5. Aplicable a partir de 5º de Primaria.

Intervención psicológica en aprendizaje H.S.

Ya hemos justificado la necesidad de ayudar a los niños con dificultades en este terreno para que logre alcanzar un desarrollo positivo en el terreno social, laboral y afectivo.
Hay niños que han sufrido carencias afectivas severas en la infancia y que aprenden a reaccionar a las “agresiones” del mundo externo retrayéndose a casi todo contacto y, por tanto, perdiendo oportunidades de aprendizaje.
Otros niños, con dificultades en la relación social, provienen de familias normalizadas, son los niños que desde pequeños se catalogan de “tímidos”.
Finalmente hay niños que sencillamente no comprenden la interacción social o lo hacen de forma muy sesgada y bajo sus propios intereses. En concreto nos referimos a niños del espectro autista (Síndrome de Asperger). Evidentemente, en este último caso, estaríamos delante de un trastorno clínico y no de un problema solo de habilidades sociales aunque éstas se den asociadas y necesiten también de intervención.

Variables importantes a tener en cuenta:
Hay factores que debemos tener en cuenta antes de trazar el plan de intervención. Siguiendo a algunos autores destacaremos 3 variables fundamentales:

1-Locus de Control
Este factor define la medida en que una persona percibe que las consecuencias están controladas por ella misma o por los demás. Lo que nos interesa aquí es que cuando una persona cree que las consecuencias de lo que le pasa es en cierta medida debido a sus propias conductas o decisiones, puede entender que cambiando alguna de ellas puede mejorar (locus control interno).
Contrariamente, si una persona cree que por mucho que ella misma haga o se proponga, no cambiará nada debido a factores fuera de su control (locus de control externo), entonces se autojustifica la desesperanza o la inutilidad de tomar decisiones propias.
La conclusión es que, por regla general, cuanto mayor es la creencia de control interno de un niño (por ejemplo, que la forma en que se comporta influye en su ambiente), también son mayores sus probabilidades de ser asertivo y de desarrollar además un repertorio socialmente efectivo y apropiado. Por su parte, un locus de control externo estaría relacionado con los conceptos de indefensión y desesperanza.
El fracaso para controlar el propio ambiente interpersonal puede conducir a una posible depresión, retraimiento social y extinción de las respuestas sociales adaptativas.
Por tanto, el locus de control es un factor fundamental. En el caso de que se sitúe en el extremo externo debemos, en la medida de lo posible, trabajarlo para que sea el niño quien se vea capaz de cambiar las cosas.

2-IrracionalidadOtra variable que relacionada con la competencia social es el desarrollo de creencias irracionales.Siguiendo la propuesta de Ellis (1.971), “las creencias irracionales están recíprocamente implicadas en las conductas maladaptadas.” Por ejemplo, una persona que siente la necesidad de “ser amada por todo el mundo” o para la que “las desgracias más insignificantes son desastrosas”, se comporta en consonancia con tales creencias irracionales. Lo que es aún más importante, un niño que haya desarrollado un sistema de creencias irracionales se puede comportar de forma no adaptada a la situación, utilizando respuestas pasivas (inhibición) o agresivas. Los niños con más creencias irracionales serán, por tanto, los que dispongan en su repertorio de un menor número de respuestas asertivas y, en consecuencia, presenten mayores dificultades en la relación social.

3-Capacidad de adaptación
La capacidad de adaptación y las habilidades sociales están también estrechamente unidas. Los niños que rápidamente aprenden y se adaptan, empiezan a desarrollar unos repertorios interpersonales efectivos para alcanzar sus objetivos, lo cual puede verse reflejado en su rendimiento escolar o social. Igualmente parece darse una relación positiva entre la capacidad de adaptación  y locus de control interno, es decir, los niños que aceptan los cmabios percibirían en mayor grado que su propia actuación es el elemento principal para cambiar las cosas.
Otro parámetro que correlaciona positivamente con este aspecto es el nivel de asertividad. Finalmente, señalar que se han utilizado muchos procedimientos de enseñanza para desarrollar las habilidades sociales. Su objetivo común es enseñar comportamientos específicos relacionados con la interacción social, no obstante, existen dos modelos generales a los que se adscriben los diferentes sistemas. El primero entiende el problema como una cuestión de déficit en el conocimiento de habilidades sociales. El segundo, considera que el niño ya dispone del conocimiento de las habilidades requeridas pero experimenta unos estados o procesos emocionales, afectivos o cognitivos opuestos que interfieren en la expresión o aplicación de sus capacidades. En base al estudio de todos estos factores ya podemos definir un plan de actuación ajustada al niño o joven en el que queremos fomentar el aprendizaje de Habilidades Sociales.

Planteamiento de la Intervención

Iniciar un programa de intervención en Habilidades Sociales en niños y/o adolescentes eficaz, pasa a nuestro entender por una doble vía.
1º- Trabajo individual:
Es necesario conocer la historia del individuo, los factores de riesgo y las variables antes mencionadas (locus, creencias, autoestima, inteligencia, etc.). En función de los resultados, debe establecerse la correspondiente intervención individual para corregir los déficits encontrados. Por ejemplo, un niño con un locus de control externo, debe someterse a un entrenamiento cognitivo para intentar un control interno, es decir, empezar a creer que él puede, con las ayudas necesarias, influir sobre lo que le pasa, sobre el mundo exterior.
En otros casos se tendrá que intervenir si hay una baja autoestima o desesperanza asociada.
Por lo general, las diferentes técnicas cognitivo-conductuales, pueden ser de gran utilidad. Recomendamos, según el caso, las de autoinstrucciones, las de resolución de problemas, modelado, imitación, entrenamiento, etc. También pueden introducirse elementos de las estrategias paradójicas. Las técnicas más conductuales (refuerzo, extinción, etc...) nos servirán para potenciar algunas de las estrategias anteriores o complementar el trabajo.

2- Trabajo en grupo:
Si queremos trabajar las habilidades sociales, es evidente, que parte de la actuación que lleva a cabo el profesional es mediante su práctica en grupos. Existen diferentes programas estructurados que paso a paso ponen en práctica las diferentes habilidades. La escenificación en grupo bajo el control y modelado del terapeuta suele ser muy eficaz. No obstante, el reto principal va a ser lo que denominamos “generalización”, es decir la capacidad del niño para trasladar lo aprendido en una situación estructurada a su ambiente natural.
Una de las ideas básicas de la enseñanza de habilidades sociales consiste en que los niños aprenda colectivamente la diferencia entre el comportamiento social pasivo, agresivo y asertivo. En el primer caso el niño debe darse cuenta que es un observador pasivo, que no se expresa a sí mismo y deja que los demás le manden y no suele defender sus intereses. En contra la asertividad supone dejar que los demás sepan lo que sientes y piensas de una forma que no les ofenda, pero que al mismo tiempo te permita expresarte. También significa defender los propios derechos de una manera justa y sincera sin que los demás se aprovechen de uno.
Todo ello puede escenificarse en juegos de rol-playing en los que se expongan diferentes situaciones sociales relevantes. Este trabajo debe ser complementado con los deberes para casa y las instrucciones pertinentes para motivar al niño que aplique lo aprendido en diferentes situaciones. El seguimiento del terapeuta, las instrucciones a la familia y el asegurarse unos primeros logros es fundamental para seguir avanzando.
Un programa estructurado de aprendizaje de habilidades sociales puede desglosarse en diferentes sesiones trabajando aspectos concretos, por ejemplo:

-Dar y recibir cumplidos
-Expresar quejas de forma eficaz y adecuada al contexto
-Saber decir “no”
-Pedir un favor
-Preguntar por qué de forma adecuada
-Pedir a compañeros o amigos el cambio de conductas que nos perturban
-Defender nuestros derechos
-Iniciar una conversación con alguien que nos interesa
-Desarrollo de la empatía
-Las habilidades sociales no verbales (gestos, mirada, distancias, vestuario, etc.)
-En adolescentes: Establecer relaciones con el sexo opuesto
-Tomar decisiones de forma racional
-Saber afrontar los conflictos

Finalmente, me gustaría resaltar la relación que existe entre el desarrollo personal, la autoestima y las habilidades sociales. Considero que una técnica muy eficaz para trabajar el desarrollo personal y, por tanto, fomentar el éxitos de nuestros alumnos es el COACHING EDUCATIVO. Aspecto que tratare de forma mas detallada en proximos artículos etiquetados como ÉXITO PERONAL en este mismo blog.


BIBLIOGRAFIA

http://www.psicodiagnosis.es/areageneral/habilidadessocialesinfancia/index.php

viernes, 29 de marzo de 2013



DISLALIAS

A continuación, en el siguiente enlace, podemos encontrar la relación de todos los fonemas y de las actividades que se debe llevar a cabo para rehabilitar su articulación.








DISLALIAS

Trastorno en la articulación de los fonemas por alteraciones funcionales de los órganos periféricos del habla (labios, lengua, velo del paladar). Se trata de una incapacidad para pronunciar o formar correctamente ciertos fonemas o grupos de fonemas.

La dislalia puede afectar a cualquier consonante o vocal, pero suele darse una mayor incidencia del problema en ciertos sonidos; en unos casos porque requieran mayor agilidad y precisión de movimientos, como sucede con la /r/; en otras ocasiones porque el punto de articulación no es visible y se puede hacer más difícil su imitación, como la /k/, y a veces porque existen sonidos, como la /s/, en los que hay una mayor tendencia a deformar las posiciones articulatorias de la lengua.
La dislalia es una de las anomalías del lenguaje que con más frecuencia se presenta en los centros escolares, sobre todo en el alumnado de infantil y primer ciclo de primaria. Asimismo dentro de las alteraciones del lenguaje está entre las que tienen un pronóstico más favorable. Para la denominación de las distintas dislalias, según el fonema afectado, se utiliza una terminología derivada del nombre griego del fonema de que se trate, con la terminación “tismo” o “cismo”. Así hablaremos de:
  • Rotacismo: la no articulación del fonema /r/.
  • Ceceo: pronunciación de /s/ por /z/.
  • Seseo: pronunciación de /z/ por /s/.
  • Sigmatismo: la no articulación del fonema /s/.
  • Jotacismo: la no articulación del fonema /x/.
  • Mitacismo: la no articulación del fonema /m/.
  • Lambdacismo: la no articulación del fonema /l/.
  • Numación: la no articulación del fonema /n/.
  • Nuñación: la no articulación del fonema /ñ/.
  • Kappacismo: la no articulación del fonema /k/.
  • Gammacismo: la no articulación del fonema /g/.
  • Ficismo: la no articulación del fonema /f/.
  • Chuitismo: la no articulación del fonema /ch/.
  • Piscismo: la no articulación del fonema /p/.
  • Tetacismo: la no articulación del fonema /t/.
  • Yeismo: la no articulación del fonema /ll/.
  • Chionismo: sustitución de /rr/ por /l/.
  • Checheo: sustitución de /s/ por /ch/.

 SINTOMATOLOGÍA

El lenguaje de un niño dislálico, si se encuentra muy afectado al extenderse la dificultad a muchos fonemas, puede llegar a hacerse ininteligible, por las continuas desfiguraciones verbales que emplea, como ocurre en las dislalias múltiples. Los errores más frecuentes que encontramos en un niño dislálico son:
  • Sustitución
    • Error de la articulación en que un sonido es reemplazado por otro. El alumno se ve incapaz de pronunciar una articulación concreta, y en su lugar, emite otra que le resulta más fácil y asequible. Por ejemplo, dice “lata” en lugar de “rata”.
    • También puede darse este error de sustitución por la dificultad en la percepción o discriminación auditiva. En estos casos, el niño percibe el fonema, no de forma correcta, sino tal como el lo emite al ser sustituido por otro. Por ejemplo, dice “jueba” en lugar de “juega”.
  • Distorsión
    • Hablamos de sonido distorsionado cuando se da de forma incorrecta o deformada, pudiéndose aproximar más o menos a la articulación correspondiente. Es decir, cuando no siendo sustitución, no emite el sonido correctamente.
    • Las distorsiones suelen ser muy personales siendo muy difícil su transcripción al lenguaje escrito. Generalmente son debidas a una imperfecta posición de los órganos de articulación, o a la forma improcedente de salida del aire fonador. Por ejemplo, dice “cardo” en lugar de “carro”.
    • La distorsión junto con la sustitución son los errores más frecuentes.
  • Omisión
    • El niño omite el fonema que no sabe pronunciar. En unas ocasiones la omisión afecta solo a la consonante, por ejemplo, dice “apato” en lugar de “zapato”. Pero también se suele presentar la omisión de la sílaba completa que contiene dicha consonante, por ejemplo, dice “lida” en lugar de “salida”. En los sinfones o grupos consonánticos en los que hay que articular dos consonantes seguidas, como “bra”,”cla”, etc., es muy frecuente la omisión de la consonante líquida cuando existe dificultad para la articulación.
  • Adición
    • Consiste en intercalar junto al sonido que no puede articular, otro que no corresponde a la palabra. Por ejemplo, dice “balanco” en lugar de “blanco”, “teres” en lugar de “tres”.
  • Inversión
    • Consiste en cambiar el orden de los sonidos. Por ejemplo, dice “cocholate” en lugar de “chocolate”.
"Es preciso no confundir una dislalia funcional que ya tiene un carácter patológico por una función anómala de los órganos periféricos, con una dislalia de evolución que no es más que el defecto de articulación normal en la evolución del lenguaje. Pero si esta articulación defectuosa persiste pasados los 4 ó 5 años, ya puede tener un carácter patológico y será conveniente comenzar lo antes posible el tratamiento adecuado. Si no se atiende debidamente, el defecto se afianza, los órganos fonatorios pierden plasticidad y su corrección se hará cada vez más costosa" (Pilar Pascual).
Frecuentemente se aborda el tratamiento de la dislalia funcional con dos estrategias: intervención indirecta e intervención directa.

La intervención indirecta tiene por objeto conseguir la maduración de los órganos fonatorios y por lo tanto sus apartados son similares a los que hemos mencionado al hablar de la estimulación del lenguaje oral en la Educación Infantil aunque, cuando hablamos de dislalias funcionales, su finalidad es ya más correctiva que preventiva y los ejercicios, aunque han de seguir siendo motivantes, tienen un componente menos lúdico.

La intervención directa intenta la articulación del fonema-problema y la generalización de éste en el lenguaje espontáneo. Continúa con ejercicios del tratamiento directo pero incide fundamentalmente en el punto y modo de articulación.

Intervención indirecta

Enumeramos a continuación una serie de ejercicios propios de la intervención indirecta, esto no quiere decir que debamos realizar todos o la mayoría de estos antes de iniciar la intervención directa, sino que seleccionaremos aquellos que guardan relación con la causa de la dislalia y los realizaremos como unos ejercicios más del tratamiento directo dentro de la misma sesión. En este sentido José R. Gallardo Ruiz es partidario de "intervenir siempre directamente intentando la producción correcta del fonema. A veces basta con explicar al niño la posición correcta de los órganos articulatorios, la salida del aire fonador y la tensión necesaria en los labios y lengua para que, en pocas sesiones, se produzca el fonema correcto y pasemos al afianzamiento y la generalización; con ello hemos ahorrado un tiempo y un esfuerzo nada despreciables".
Pese a lo anterior deberemos interrumpir el tratamiento directo y centrarnos sólo en el indirecto cuando:
  • El niño parece muy ansioso por el problema del habla.
  • El trastorno del habla es muy amplio.
  • El niño comienza a tartamudear.
Ejercicios de respiración
La función respiratoria tiene como objetivo lograr la coordinación entre la inspiración, pausa y espiración localizadas en la zona costodiafragmática.
Los ejercicios podemos hacerlos acostando al niño en una colchoneta o también de pie, siempre con ropa floja.
  • La inspiración será nasal, profunda y regular (como oliendo una flor), el aire se retendrá unos segundos para a continuación hacer una espiración preferentemente bucal, aunque introduciremos también algún ejercicio de espiración nasal.
Para percibir el movimiento costo-diafragmático podemos poner un objeto encima del abdomen o bien las propias manos. Una vez automatizada la respiración costo-diafragmática podemos hacer los siguientes ejercicios.
1.     Inspiración nasal lenta y profunda (oliendo una flor). espiración nasal de la misma forma.
2.     El ejercicio anterior pero con espiración bucal.
3.     Inspiración nasal lenta y profunda. Retención. Espiración contando: primero hasta 3, luego hasta 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10; según la edad del niño.
Lo anterior puede hacerse de pie y con elevación de brazos, así como introducir otras variantes.

Ejercicios de soplo
  • Apagar velas, inflar globos, tocar el silbato, la flauta, la armónica, voltear figuras de papel.
  • Soplar la llama de la vela sin apagarla, plumas, papel, etc.
  • Desplazar barquitos de papel sobre el agua, hacer mover figuras colgantes, hacer pompas de jabón.
  • Hacer burbujas, soplar un molinillo, desplazar objetos rodantes sobre la mesa, mantener una pluma en el aire, mover una hilera de flecos de papel.
Ejercicios de mandíbula
  • Abrir y cerrar la boca lentamente.
  • Abrir y cerrar la boca rápidamente.
  • Abrir la boca despacio y cerrarla deprisa.
  • Abrir la boca deprisa y cerrarla despacio.
  • Masticar.
  • Mover la mandíbula inferior de un lado a otro alternativamente.
Ejercicios de mejillas
  • Inflar las mejillas, juntas y separadas.
  • Movimiento de enjuague de la boca (inflar y ahuecar alternadamente).
  • Empujar con la lengua las mejillas hacia fuera.
Ejercicios de "alas" nasales
  • Movimiento de inspiración forzada. (Estrechamiento de orificios nasales).
  • Movimiento de espiración forzada.
  • Dilatación y retracción voluntaria de los orificios nasales.
Ejercicios del velo del paladar
  • Bostezar.
  • Toser.
  • Hacer gárgaras.
  • Carraspear.
  • Con la boca abierta, inspirar por la nariz y espirar alternadamente por la boca y la nariz.
Ejercicios de labios
  • Sonrisa con labios juntos.
  • Sonrisa con labios separados.
  • Proyectar los labios fruncidos (beso).
  • Proyectar los labios hacia delante, abrir y cerrar el orificio bucal (conejo).
  • Morder el labio superior y el labio inferior.
  • Sostener elementos entre el labio superior y la base de la nariz.
  • Con los labios juntos, llenar la boca de aire que se proyectará al exterior, venciendo repentinamente la resistencia labial.
  • Vibración de labios con fonación (moto).
  • Emisión (con las arcadas dentales unidas) de: iu, io, ui, uo.
  • Silbar.
Ejercicios de lengua
(Con la lengua más bien ancha entre los dientes y entre los labios).
  • Lengua plana dentro de la boca abierta.
  • Lengua plana detrás los incisivos superiores e inferiores.
  • Lengua ancha por delante de incisivos superiores e inferiores tocando la encía.
  • Doblar la lengua ancha hacia arriba y hacia atrás y hacia abajo y atrás.
  • Relamerse.
  • Chasquido. (Adherir bien la lengua ancha contra el paladar).
  • Vibración de la lengua entre los labios.
(Con la lengua normal o un poco puntiaguda).
  • Con la lengua angosta tocar las comisuras labiales.
  • Tocar el centro del labio superior e inferior.
  • Con la boca abierta pasar la punta de la lengua por el borde de los labios en forma circular, en ambos sentidos.
  • Con la boca cerrada, pasar la punta de la lengua alrededor de los labios en la pared bucal interior.
  • Colocar la punta de la lengua detrás de los incisivos superiores y de los inferiores.
  • Empujar las mejillas alternadamente (caramelo).
(Ejercicios para la zona media y posterior).
  • Colocar el ápice detrás de los incisivos inferiores, levantar la parte media.
  • Hacer gárgaras.
  • Pronunciar: [tók / tók / tók / ták / ták // ding / dong //bãng /bãng] secuencia fonética que transcrita ortográficamente sería toc, toc, toc, tac, tac; ding, dong; bang, bang.
Ejercicios de relajación

Existen distintas técnicas de relajación: de respiración, de concen-tración, de asociación de imágenes, etc., pero quizás la "Relajación Progre-siva de Jacobson" basada en la sensación que provoca la "concentración" y "distensión" muscular, adaptándola a la edad del niño y con el lenguaje apropiado puede ser una de las técnicas más apropiadas al tratar las dislalias .
Ejercicios de discriminación auditiva y fonemática
(Esther Pita en el cuaderno de fichas de "Prevención de las dislalias " propone, entre otros, los siguientes ejercicios).
1. Discriminación de la duración de los sonidos.
  • Discriminación entre sonido largo y corto
  • Discriminación entre sonido continuo y discontinuo.
  • Discriminación entre uno y dos golpes de tambor. Entre 2-3, 3,-4, etc.
  • Discriminación de secuencias: largas y cortas, continuas y discontinuas.
2. Discriminación de tonos.
  • Discriminación entre un sonido grave, medio y agudo. Combinarlos.
3. Discriminación de objetos y juguetes sonoros.
4. Discriminación de ruidos producidos por nuestro cuerpo.
5. Discriminación de vocales iniciales. El niño tiene que reconocer las palabras a través de la vocal inicial. Seleccionamos cinco fichas que empiecen cada una de ellas por una vocal diferente y nombramos con los niños cada imagen, después él tiene que señalar la ficha que previamente le hemos nombrado a su espalda. A continuación reconocerá la ficha diciéndole solamente la vocal inicial. En un segundo paso se le inducirá a pensar nuevas palabras que empiecen por una vocal determinada, dibujándolas en una lámina y fabricando así nuevas listas. Podemos hacer lo mismo con consonantes iniciales y con sinfones.
6. Discriminación de palabras monosílabas.
7. Discriminación de consonantes con oposición del rasgo sonoro-sordo. En este caso podemos proceder como indicábamos al hablar de la exploración fonemática.
8. Discriminación de consonantes con puntos de articulación muy próximos.
(Inés Bustos en las fichas para "Discriminación Fonética y Fonológica" propone los siguientes ejercicios).
  • Reconocimiento de imágenes cuya estructura vocálica es idéntica a la del modelo presentado.
  • Reconocimiento y selección de palabras que contienen idéntica estructura vocálica que el modelo.
  • Discriminación de la cantidad de elementos vocálicos que forman la palabra.
  • Reconocimiento de palabras de una, dos y tres sílabas.
  • Asociar palabras que riman.
  • Reconocer el ritmo o acentuación de la palabra (sílaba tónica).
  • Reconocimiento de grupos fonéticos dentro de una palabra.
  • Relacionar y escribir la palabra según sus componentes vocálicos.
  • Indicar la letra que cambia entre dos palabras.
Con el ordenador, utilizando distintos programas informáticos que trabajen estos aspectos, podemos convertir estas actividades en un juego de lo más atractivo para el niño. Entre los programas que trabajan la discriminación fonemática destacamos por su utilidad el programa Hamlet. Ed. Aquari Soft.

Intervención directa

Orientaciones generales para la intervención directa

1.     Enfoque pluridimensional. Este ha de tener un doble sentido, por una parte hemos de tener en cuenta, no sólo el problema de pronunciación, sino el lenguaje en su conjunto y al niño en su totalidad y por otra hemos de partir siempre de la colaboración con el resto de los profesionales que inciden en la educación del niño
2.     Conveniencia del tratamiento precoz. Progresivamente los órganos articulatorios van perdiendo plasticidad. Es más fácil corregir un rotacismo a los 6-7 años que a los 10 ó 12, además la persistencia del problema articulatorio puede crear problemas de baja autoestima en el niño.
3.     Importancia de la colaboración de los padres. Si les explicamos de forma clara y sencilla lo que pueden hacer y si además participan en alguna sesión de reeducación, tendremos en ellos un apoyo muy importante sobre todo a la hora de afianzar la articulación del fonema corregido.
4.     Partir de una buena evaluación (exploración). Esto nos permitirá seleccionar los ejercicios adecuados. Carece de sentido dedicar tiempo a hacer discriminación auditiva si el niño no tiene problemas en este campo o hacer ejercicios de labios, mandíbula etc. si no presenta problemas en la motricidad de esos órganos.
5.     Elaborar un programa de trabajo: nº de sesiones, duración de las mismas, ejercicios que vamos a realizar, materiales a utilizar, etc.
6.     Explicarle al niño en qué consiste el problema, lo que vamos a hacer así como el objetivo de cada ejercicio. Aunque tenga poca edad, si utilizamos el lenguaje adecuado, nos entenderá y su colaboración será mejor.
7.     Hacer una autoevaluación constante. Esto nos permitirá suprimir o variar ejercicios en función de los resultados.
8.     Intercambiar ejercicios. No debemos hacer monótona la sesión, si es necesario introducir alguna actividad lúdica.
9.     Si utilizamos algún aparato, familiarizar primero al niño con él, en este sentido es aconsejable dejarle el logofón para que juegue con él antes de empezar a utilizarlo.
10.                       Buscar la colaboración del niño. Nada ayudará tanto a la superación del problema como despertar el interés del niño, no sólo en cada sesión, sino también fuera de la misma. Es importante que siga practicando él sólo, como si fuera un juego, alguno de los ejercicios que hemos realizado en la sesión.
11.                       Importancia de la empatía y refuerzo positivo. Resaltar los avances, minimizar las dificultades.
12.                       Si no obtenemos los resultados deseados buscar información. En este sentido la bibliográfica sobre el tema o consultar con otro profesional, nos puede ayudar a mejorar los resultados.

Algunos materiales
Espacio físico adecuado, una colchoneta, espejo, depresores, materiales para trabajar: soplo, ritmo, discriminación auditiva, motricidad labial y lingual; libros de imágenes, libros de cuentos, algunos juguetes, alguna bibliografía, etc.
Aunque no tan necesarios como los anteriores, también son convenientes: logofón, espirómetro, ordenador con algunos programas y espejo de Glatzel

Estrategias a seguir en el tratamiento de cada dislalia
1.     En función de la evaluación, seleccionar los ejercicios del tratamiento indirecto: labios, lengua, paladar, soplo, respiración, discriminación auditiva, etc. adaptados al caso.
2.     Indicar en una lámina y en el espejo el punto y modo de articulación.
3.     Seleccionar las estrategias concretas de corrección. Para cada problema de pronunciación hay algunas pautas concretas que es fundamental conocer y seleccionar a la hora del tratamiento.
4.     Buscar sensaciones propioceptivas.
5.     Una vez conseguido el fonema articularlo progresivamente en sílabas, palabras y frases.
6.     Lectura en voz alta.
7.     Lenguaje espontáneo.

Clasificación de los fonemas del español
  • Por la acción de las cuerdas: sonoros y sordos.
  • Por la acción del velo del paladar: orales y nasales.
  • Por el modo de articulación: oclusivos, fricativos, africados, nasales, laterales y vibrantes.
  • Por el punto de articulación: bilabiales, labiodentales, linguodentales o dentales, linguointerdentales o interdentales, linguoalveolares o alveolares, linguopalatales o palatales, linguovelares o velares.